Distancia
Pasan los días y la extraña sensación persiste,
mis manos en una inusual e incontrolada acción
pretenden acariciar nuevamente tu imagen,
y ella, hecha de intenciones se forma en el aire,
y de forma incontrolable mi ser se aboca a suspirarte,
pretendiendo quizás, atraparte
intempestivamente en forma de inhalación.
Mi cuerpo se agita al recordarte,
y el aire tomado por la fuerza,
se abre paso al exterior,
me abandona lentamente,
me deja, en una plácida contemplación,
me deja, con una tenue sonrisa.
Del recuerdo de tu piel y de tus labios,
ya muy poco queda.
El soplo de tu aliento en mi recuerdo se desvaneció,
se hizo frío y se perdió en la neblina de la mañana.
Así como se llevo el viento el cobre de tu cabello,
que aún se enredaba entre mis dedos.
No se si se pueda perder lo que nunca se ha tenido,
igual tampoco sé, si se pueda extrañar.
Sé que entre tu mundo y el mio
la distancia persiste y aumenta con el tiempo,
es el universo de las sensaciones
que se desvanecen y se pierden en el olvido.
Se conectan cuando te extraño,
y de forma mágica e inentendible
haces presencia y saltas a mi realidad.
Así tus manos acarician mi ser,
y tus uñas rojas y provocativas rasguñan mi piel.
Y en el siguiente instante te esfumas,
instante entre el recuerdo y el sueño.
Mientras la luna atrapa al día
y este, en su cautiverio escribe sus lineas.
Es el laberinto infernal de tu ausencia,
que recorro continuamente,
no encuentro salida,
y la vida parece
que se esfuma como el polvo entre los dedos.
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