Deseos
¿Qué permitiría la tristeza de la distancia? Solo el infinito de las posibilidades, no es el espacio de las ficciones, tampoco el universo de los deseos. Que estado oscuro el imaginado en el que te encuentro, allí en la distancia donde mis brazos se lanzan al vacío, en el imaginario posible de las casualidades.
Sí por aquellos designios imaginarios, que los amantes de las estéticas de las repeticiones llamarían probabilidad, tu mundo y mi cosmos se encontraran en el espacio sin tiempo. Si la búsqueda terminara en el instante de nuestra eternidad, donde la justicia no este regida por la sangre, y la humanidad no nos toque.
Si tu cercanía fuera la única distancia y nuestros pasos nunca se alejaran; si tus palabras fueran compuestas de los mismos sentidos con los que te siento. Si las creencias de la materia y el espíritu se fugarán, si emprendieran el viaje al lugar donde ni tus dedos ni los míos les alcanzarán.
Solo allí donde ni tu mundo ni el mio existen, ni el tiempo ni la distancia nos perturban, en el lugar en el que tu y yo habitamos, alejados del temor y la angustia, es un lugar en el infinito de las posibilidades, en el que ni tu ser ni el mío pueden desear más.